La respiración bucal u oral es cuando tu bebé o peque está con la boca abierta respirando por ella continuamente, recuerda que la NARIZ es la responsable de la función respiratoria y está diseñada para esta función, mientras que la boca NO.
Los bebés nacen con una fuerte preferencia por respirar a través de la nariz, si su nariz se bloquea, pueden respirar a través de su boca, pero lo hacen con gran dificultad. La nariz es la más adecuada para respirar, ya que sirve para calentar, filtrar y humidificar el aire que respiramos, así como promover un intercambio óptimo de gas en los pulmones
No es normal que tu hijo en la noche ronque, rechine los dientes, tenga apneas y respire por la boca, por lo tanto, no debes pasarlo por alto, es muy importante que tu peque vuelva a respirar por la nariz para así evitar toda la cascada de hábitos inconscientes que se desencadenan al respirar por la boca como empuje lingual, lengua baja, deglución atípica.
También se puede generar falta de crecimiento en los huesos donde se alojan los dientes, mordidas dentales abiertas, hipertrofia amigdalar, hipertrofia adenoidea, ojeras, dificultad de atención, falta de descanso nocturno, falta de oxigenación etc.
Un niño con una función saludable, respira a través de la nariz, la lengua se coloca en el techo de la boca, los labios están sellados, los dientes están ligeramente separados y los músculos faciales están relajados. Cuando la nariz funciona correctamente y los músculos están en este estado de reposo, el crecimiento, el desarrollo se expresan en su potencial genético y se genera una función normal de los músculos orales y faciales.
Cuando tu peque respira a través de la boca, sus labios se abren y la lengua cae del paladar. A medida que la boca se abre y los dientes se separan, los músculos faciales se estiran. La posición baja de la lengua conduce a cambios en el comportamiento de la deglución, lo que resulta en el uso excesivo de ésta generando cambios en el tono de los músculos faciales.
La respiración bucal desencadena un cambio en la función muscular que altera el equilibrio entre los dientes, el hueso, los músculos faciales y las mejillas; la lengua y los labios son capaces de producir hasta 500g y 300g de fuerza respectivamente, un equilibrio alterado desencadenado por la respiración bucal durante un período prolongado de tiempo tiene un profundo impacto en las estructuras dentofaciales, especialmente si tenemos en cuenta que solo se necesitan 2g de fuerza para mover un diente anterior.
Si tu peque no respira por la nariz debes consultar con el Otorrinolaringólogo para descartar posibles causas como:
Obstrucción anatómica en la nariz que dificulte el paso del aire.
Hipertrofia amigdalar (amígdalas muy grandes)
Hipertrofia adenoidea (vegetaciones muy grandes)
Infecciones respiratorias a repetición
Rinitis alérgica
Una vez se han tratado las causas anteriores, es muy importante empezar con la reeducación respiratoria y miofuncional que es el tratamiento para que tu peque vuelva a establecer su respiración nasal innata y frenar los efectos negativos que está causando en el crecimiento de sus huesos donde se alojan sus dientes y en su armonía facial.
Los Odontopediatras especializados en esto casos, son los profesionales que pueden ayudar a que tu peque vuelva a respirar por su nariz.
La reeducación respiratoria y miofuncional consiste en una terapia con una serie de ejercicios que se van haciendo con constancia y disciplina para que poco a poco el cerebro vuelva a activar las conexiones de respiración nasal innatas que tiene tu peque desde su nacimiento.
El tratamiento depende totalmente de los padres que son los que deben generar una rutina de ejercicios en casa para lograr el objetivo.
Una vez alcanzada la respiración nasal, continuamos con unos dispositivos extraorales (myobrace) para ir ayudando poco a poco a recuperar las funciones musculares del sellado labial, la tonicidad muscular facial y la correcta posición de la lengua.
Una vez tu peque respira por la nariz, une los labios, tiene la lengua en su correcta posición y deglute correctamente, se valoran los efectos nocivos que ha tenido esa respiración bucal en la posición de los dientes, en la forma de sus arcos dentales y en su mordida.
Muchas veces al corregir la respiración bucal y la cascada de hábitos inconscientes, los efectos nocivos dentales se detienen y no siguen en aumento, haciendo un poco más sencillo el tratamiento dental para armonizar todo lo que la respiración bucal había alterado.
Si tu peque respira por la boca, no dudes en consultarme.
Esto es lo que genera en boca una respiración bucal mantenida en el tiempo, peques de 8 y 7 años.